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El proyecto “Marca de Autor”
La finalidad fundamental de Marca de Autor es fomentar la visibilidad y el asentamiento de los autores profesionales y noveles a través de la marca personal y de los medios que permitan un refuerzo de las vías de empleo de los profesionales así como el descubrimiento de los noveles.
El núcleo de nuestro público está formado por autores profesionales y noveles del sector audiovisual, si bien damos cabida a autores de teatro, novelistas y otros escritores, que deseen reforzar su posicionamiento en las industrias culturales a través de la Marca de Autor.
El proyecto nace de un conjunto de observaciones:
- Sobre autores profesionales:
Según se puso de manifiesto en dos estudios sobre la profesión de guionista en España, solo un pequeño porcentaje de los escritores profesionales de cine y TV (entre el 20% y el 30%) encuentra anualmente trabajo como autor para permitirle vivir de ello. A un año vista, el 70%-80% restante es técnicamente un escritor profesional “en paro” y sin obra creada. No importa lo bien que haya escrito anteriormente, su currículo anual será una mancha blanca. En Latinoamérica el problema es aún más grave. Grosso modo, de los 6.639 autores profesionales (con obra publicada) registrados como miembros de Abcguionistas – el portal de autores de cine y TV de Ars-Media, en Internet -, tomando la cifra más optimista, 4.647 se hallarían anualmente en esa situación de inactividad o “paro forzoso”. La pregunta es: ¿podríamos aprovechar ese año para que ese autor profesional escribiera contenido digital de interés para el público, y, en lugar de estar “en paro” autoral, a su vez potenciara su carrera y trayectoria como escritor a través de las nuevas tecnologías? - Sobre autores noveles:
Cada año más de 5.000 autores noveles se hacen miembros de Abcguionistas. Cientos de alumnos se suman a escuelas de cine y másters universitarios para aprender a escribir guiones de cine y televisión. A marzo de 2015, Abcguionistas exhibe 63.672 autores noveles que representan el 65,15% de los 97.730 miembros de la entidad. A pesar de su ilusión, la realidad es que solo un pequeñísimo porcentaje del conjunto logrará entrar en la industria del cine o la televisión. La gran mayoría no tendrá siquiera la oportunidad de que juzguen si su obra es buena o bien porque la industria no haya desarrollado suficientes resortes para ello o porque su falta de currículo, historial de actividad profesional como escritor no despierta la suficiente credibilidad.Entonces, ¿nos resignamos a desperdiciar alegremente a los autores de talento que haya entre la masa novel ignodara? ¿No sería mejor proporcionarles vías de visibilidad? ¿No podríamos poner sus obras escritas frente al público y ver si tienen resonancia, en lugar de cerrarles las puertas? - Sobre entidades públicas y privadas:
Cambiemos ahora de perspectiva y veamos el asunto sin tener en cuenta un punto de vista a favor del autor. Muchos guiones profesionales subvencionados por el Ministerio de Cultura de los sucesivos gobiernos desde hace más de dos décadas, por otras entidades públicas o privadas, e incluso pagados por productoras de cine como obra audiovisual, no llegan a transformarse en películas debido a factores relacionados con la industria del cine, ajenos a la bondad de las obras. Estas obras – algunas subvencionadas y otras compradas-, acaban muriendo sin que jamás afloren. Mueren sin ser películas y mueren sin que nadie –a excepción de unos pocos- pueda leerlas. La pregunta es: si las obras son suficientemente buenas, tanto como para deleitar a los comités de selección, a los asesores de guion que las han leído, a los productores que quisieron desarrollarlas y previsiblemente a otros colegas de profesión y al público en general ¿merece la pena rescatarlas, publicarlas como obra escrita -al igual que se hace con las obras de teatro-, y así redimirlas de su triste final y dar algún sentido y rendimiento al dinero público o privado invertido en ellas? - Sobre las productoras audiovisuales:
Muchas productoras se ven colapsadas por el masivo envío de propuestas de autores en busca de que produzcan su obra. La falta de tiempo debido a la ocupación en el día a día de la productora hace imposible la labor de “Pigmalión”. El resultado es que la pepita de oro se pierde entre el carbón. ¿No sería bueno desarrollar un sistema que permitiera a las productoras disfrutar de un filtro natural que depurara la oferta de obras para producir y le presentara un conjunto de obras valoradas ya por profesionales y por el público? No podemos obviar, además, que más del 50% del cine que se produce con éxito en el mundo se basa en adaptaciones de obras ya escritas y expuestas al público.
Poner en pie los correspondientes proyectos individuales para que cada una de estas observaciones encontrara una vía de solución bien merecería la pena. Sin embargo, la evolución actual de las nuevas tecnologías permite que lo que antes sería una quimera ahora sea absolutamente viable: englobar las cuatro soluciones en un solo proyecto de manera sencilla y metódica. Vamos cómo:
En el ejemplar número 138 del 16 de abril, la revista Personal Computer & Internet afirmaba: “Internet te ofrece la oportunidad que ningún escritor ha tenido en toda la historia de la humanidad: autopublicar sus propias obras, gratis, y llegar a millones de personas.”
La afirmación es llamativa y puede parecer excesivamente optimista, a la luz de que muy pocos de los autores que han tomado ese camino, han visto esos resultados. Sin embargo, nadie puede negar que la posibilidad existe. Se ve muy claramente si miramos en el espejo del campo del cine. Los nuevos tiempos han traído la posibilidad de que un cineasta pueda poner en pie una película autoproducida, si no encuentra los apoyos tradicionales. E Internet ha posibilitado, por ejemplo, que un cortometraje pueda llegar a millones de personas e incluso superar ¡los 100 millones de visionados! en YouTube, cifra absolutamente imposible si el cortometraje hubiera circulado por circuitos más tradicionales.
La misma oportunidad ofrecen los libros electrónicos. Sin embargo, si bien la posibilidad existe, la probabilidad, como hemos dicho, es escasa. En Abcguionistas, de todos sus miembros, los escritores profesionales y noveles de audiovisual suman más de 70.000, pero el porcentaje de los que tienen obras electrónicas en internet es insignificante. ¿Por qué? ¿Acaso no tienen obra escrita que podrían publicar? ¿Acaso no les gustaría tener, si no millones, miles de personas leyendo su obra? ?Acaso no les gustaría que a un productor le llamara la atención esa circunstancia? ¡Por supuesto que sí! La respuesta está en el know-how, en el saber-cómo.
Para cruzar un océano no basta con amar el mar y tener un buen barco; hay que saber navegar.
Valentín Fernández-Tubau
Fundador